Por segundo año consecutivo, San Lorenzo se metió en el podio del mundo. En Tenerife, le ganó a Rio Grande Valley Vipers, equipo estadounidense que juega en la NBA Development League, desde la temporada 2007-2008. El rival de los azulgranas se encuentran afiliado al equipo de la NBA de Houston Rockets, y tiene su sede en Hidalgo, una pequeña localidad de Texas.
Otro enorme logro para el Ciclón que junto a su base, el santiagueño Nicolás Aguirre, hace rutinario lo extraordinario y sigue dejando la camiseta azulgrana en las vitrinas del deporte internacional.
Tuvo que remar (mucho), sufrir (otro poco también) y aguantarlo hasta el final. El encuentro al equipo estadounidense no fue nada fácil y para quedarse con la medalla de bronce en la Copa Intercontinental, San Lorenzo tuvo que sacar a relucir toda su experiencia en el cuarto final. El resultado fue cambiante: Valley estaba infalible desde el triple, pero el Ciclón le dominaba la pintura con un Justin Williams fenomenal (aportó 6 rebotes y 2 robos). Basta con ver el marcador para identificar lo intenso y peleado del desarrollo: el primer cuarto cerró 27-19, el segundo 48-45 y el tercero 68-66.
Para definir la historia, el Che García mandó a la cancha a Tucker, Aguirre, Mata, Chuzito González y Piñero, pura experincia. Además, el Ciclón contó con una gran versión del Penka Aguirre que, como en la mayoría de los momentos importantes, se hizo cargo de lo hilos del partido y condujo a San Lorenzo primero a la ventaja y, después, a mover la pelota, hacer correr el reloj de 24 y aguantar la victoria. La chapa final se fue 96-90.