Las chicas argentinas debutaron con una ajustada victoria ante México por 3 a 2, con parciales de 22-25, 26-24, 25-15, 11-25 y 16-14; en el partido correspondiente a la primera fecha del Grupo A, que también integraban Colombia y Surinam.
En su segunda presentación sufrieron una ajustada derrota ante Colombia, en el Coliseo Evangelista Mora, por 3/2, con parciales de 25-16, 21-25, 25-23, 20-25 y 15-9.
En tanto, cerraron su participación en el Grupo A de la fase clasificatoria con una victoria ante Surinam por 3/0 (25-11, 25-4 y 25-9), asegurando la clasificación a las semifinales.
Luego y en busca del podio, el seleccionado femenino perdió frente a Brasil por 3/1 (25-21, 25-17, 25-20 y 25-20); debiendo luego jugar ante Colombia, que perdió en la otra semi ante Perú por 3/1 (25-20, 19-25, 25-23 y 25-20).
En el último día de la competencia Argentina venció al local, Colombia, por 3/1 (16-25, 25-13, 26-24, 25-22) consiguiendo de este modo la medalla de bronce y sumar otra presea para Argentina
Por su parte, el oro fue para Brasil que le ganó en la final a Perú, 3/2 (25-23, 25-19, 23-25, 21-25, y 15-8).
Cierre y despedida
Así como el estadio Pascual Guerrero sirvió de escenario para la apertura de estos I Juegos Panamericanos Junior, el velódromo Alcides Patiño se vistió de fiesta para cerrarlo. La ceremonia se abrió con un show musical a cargo de la agrupación de salsa choke “Cali Flow Latino”. Luego ingresaron las banderas de los 41 países participantes, llevando la de Argentina el triple medallista de oro en canotaje, el kayakista sampedrino Valentin Rossi y la gimnasta de Ituzaingó, Valentina Podestá, ganadora de una presea de oro y otra de plata en gimnasia de trampolín.
La temática de la noche giró alrededor de la confraternidad de la juventud panamericana, representada en los deportistas y los voluntarios que, en bloques independientes, ingresaron al velódromo y después se unieron como una sola familia, compuesta por unos 1.200 deportistas y alrededor de 1.500 voluntarios.
Uno de los momentos más emocionantes de la ceremonia fue cuando el presidente de Panam Sports, Neven Ilic, dio por finalizados los Juegos, no sin antes apreciar la aparición de un hombre pájaro que agitó sus alas para ir apagando simbólicamente el pebetero del fuego panamericano, ubicado en el estadio olímpico Pascual Guerrero. Esta acción fue observada desde el velódromo en pantalla gigante.
Una vez extinguida la llama comenzó a ondear la bandera de Panam Sports, mientras Neven Ilic invitaba a la juventud del continente a los II Juegos Panamericanos Junior 2025, certamen que aún no tiene sede asignada.